Inició su carrera profesional en México. Allí residió por cuatro años y con su banda Pituca compartió escenario con Manu Chao y Bersuit Vergarabat. Luego de haber estudiado en la Escuela de Música de Guadalajara y de haber viajado por el país tocando música popular latinoamericana, volvió a la Argentina.
En la Argentina estudió en la Escuela de Música Popular de Avellaneda (Provincia de Buenos Aires). Formó el grupo Agri-López-Peralta junto a Juan Buonuome y Matías Cella. Con ellos grabaron en el 2003 un disco de canciones en el que participaron Fernando Cabrera, Lisandro Aristimuño y Javier Casalla, y tocaron en vivo acompañando a Lidia Borda. El mismo año se sumó a la banda de Gabriela Torres, y al año siguiente, a la de Daniel Drexler.
Actualmente se desempeña como bajista y contrabajista de Voladores, Axel Krygier, Georgina Hassan, Ana Prada, Javier Sánchez, Gabriela Torres, Pablo Dacal, etcétera.
Es un trío instrumental que fusiona la música latinoamericana y el jazz. Está compuesto por Omar Ramírez (hammond, piano), Fernando Mántaras (contrabajo, bajo eléctrico, guitarra), Juan Buonuome (batería, cajón, bombo legüero).
La propuesta musical de Voladores es bien ecléctica. Sus canciones toman la estructura formal del jazz (cool, latin, funky jazz) pero se apoyan en ritmos como el son, el bolero, el reggae, la milonga, el samba y la bossa-nova. Al abordar estos géneros, la banda busca la experimentación y la fusión, intentando una interpretación original.
A través de esa mezcla de timbres y géneros, las canciones intentan causar un efecto más sensorial que reflexivo. Sus melodías cuentan historias, proyectan imágenes: humorísticas, bizarras, pasadas de moda. Así, su música no funciona tan bien como un universo cerrado en sí mismo, sino como una invitación a habitar otros paisajes.
La estética de Voladores, enfrentando y haciendo jugar lo acústico y lo eléctrico, lo folk y lo venido del norte, lo tradicional y lo moderno, encuentra un buen reservorio de imágenes en esas maravillosas monstruosidades que, entre el fin de los cincuentas y principio de los sesentas, dieron en Latinoamérica la señal de anuncio a la cultura pop. Las películas de Santo, el Club del Clan, la "Coca" Sarli. La cultura televisiva, el disco de 33 1/3. El estilo musical de Voladores no es entonces propiamente musical. Es una traducción musical, al filo de la parodia, de una serie de tópicos culturales que se han dado en llamar "retro".